Cisne Negro (2010): color y textura como las mejores herramientas de definición de personajes
Con el reciente estreno de
¡Madre! (2017) de Darren Aronofsky, hemos encontrado en el análisis del
vestuario de la cinta Cisne Negro del mismo director, la oportunidad adecuada
para desgranar en No Quedan Cines De Verano las piezas de vestuario que
acompañan a este entretenido drama.
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Cisne Negro, para los que
todavía no han tenido oportunidad de ver esta cinta, es un thriller psicológico
donde la bailarina, Nina Sawyers (Natalie Portman) no conoce otra realidad que no sea la danza, entre otras cosas porque su controladora madre (Barbara Hershey), vive su sueño de bailarina
frustrada a través de su hija Nina. Cuando el exigente director Thomas Leroy
(Vincent Cassel) la elige para ser la bailarina principal en El Lago de los
Cisnes que, por primera vez, encarnará al delicado y frágil Cisne Blanco y al
sensual y apasionado Cisne Negro a la misma vez, siente su puesto de liderazgo
amenazado por la nueva bailarina Lily (Mila Kunis). Lily posee lo que Nina no
tiene: la pasión y la sensualidad del Cisne Negro, y Thomas se lo recuerda
constantemente. Toda la presión a la que está sometida Nina la lleva al límite,
entrando en un estado nervioso inestable que desemboca en alucinaciones y a confundir
lo real con lo imaginario.
En lo que aquí nos atañe, que es
el vestuario, estuvo a cargo Amy Wescott.
Se ha hecho responsable, entre otras películas, del diseño de vestuario en la
película El Luchador del mismo
director. Pero fue con este film con el que se hizo con el premio del Costume Designers Guild
Award en 2011, en la categoría Excelencia
del Diseño de Vestuario de Película Contemporánea. Y esto trajo alguna que
otra polémica.
Es cierto
que Wescott fue la principal persona
a cargo del vestuario, pero hubo parte de los diseños que se realizaron en
colaboración con la prestigiosa casa Rodarte,
que lideran las hermanas Kate y Laura Mulleavy. Habiendo lanzado ellas
la colección denominada Vulture para primavera-verano de 2010, Wescott y Aronofsky consideraron que podrían hacer diseños muy interesantes
para los requerimientos de la película:
Colección Vulture primavera verano 2010. Rodarte. |
Podemos ver
claramente las influencias de esta colección orientadas al vestuario del Cisne
Negro en particular.
Las
hermanas Mulleavy diseñaron cerca de 40 prototipos, incluyendo el vestuario de
todo el cuerpo de baile, aunque luego serían menos los que finalmente llegarían
a la pantalla, que corresponden a los más fastuosos y enriquecidos, entre
ellos, los que se lucieron en el estreno de la obra. Los analizaremos más
abajo.
Wescott por
su parte, estuvo más a cargo del resto del vestuario, que comprendía el día a
día de los personajes y otros atuendos.
Bien, la
película se estrenó y tuvo mucha aceptación. El reconocimiento llegó, y con
ello, las especulaciones con respecto a los premios que la cinta podría
recoger.
Sólo los
miembros del Costume Designers Guild
son los únicos que pueden optar a los Oscars.
Es una regla que pertenece a esta organización y que la Academia también aplica.
Esto significa que, si Wescott
obtenía el Oscar por el diseño de vestuario, las hermanas Mulleavy no obtendrían ningún reconocimiento por su aportación, al
rezar como “colaboradoras” a pesar de que era sobradamente conocida su
participación y uno de los principales motivos por los que el vestuario de la
película era muy anticipado.
No es la
primera vez que esto sucede. Un claro ejemplo se da en la película Desayuno con diamantes (1961), con la
legendaria Edith Head a cargo del
vestuario, donde se usaron diseños de Hubert
de Givenchy. Head se alzó con la
estatuilla en su momento, mientras que Givenchy
quedó relegado a un segundo plano.
Dentro del
mundo de la moda, las principales páginas del medio se hicieron eco de lo que
consideraban una injusticia. Se dijo que el problema residió en la ingenuidad
de las hermanas Mulleavy que, de
haber sabido esto, probablemente hubieran procurado pertenecer al Costume Designers Guild. Se ve que
aprendieron la lección, ahora son miembros. También Wescott sintió perjudicado su trabajo, como si ella estuviera
“robando” algo a alguien. Finalmente, ella no inventó estas reglas, existían desde
mucho antes. Lo cierto es que, después de esta polémica, son muchos los
diseñadores de moda que, al trabajar dentro del mundo del vestuario de cine, se
cuidan primero las espaldas para recibir el crédito que se merecen, y no quedar
únicamente como colaboradores. Al César lo que es del César.
Bueno,
suficiente cotilleo por hoy. Hablemos del vestuario de una vez por todas.
La estrategia que Wescott utiliza
aquí se apoya en el color y la textura:
Paletas de color realizadas por @cinemapallettes de Twitter |
La paleta
que se utiliza es eminentemente fría, y muy homogénea. De unas escenas a otras,
los cambios son sutiles. Hay correspondencia y coherencia, dando al film
continuidad y uniformidad. Del mismo modo, se polarizan los caracteres a través
de esta misma paleta, sólo que éstos se sitúan en los extremos.
Nina se
mueve en el espectro claro de color: suyos son los rosas empolvados, los
blancos y los grises claros. No sólo está esta paleta en su forma de vestir, se
extrapola a su habitación y accesorios. Las texturas que asociamos con Nina son
las plumíferas (como la bufanda blanca), los tejidos de punto y las gasas
ligeras, así como los tejidos confortables como el algodón o la lana. Las joyas
acompañan, discretos y pequeños pendientes de cristal blanco acentúan esa
pureza e inocencia. El maquillaje es sumamente sutil, un leve delineado a ras
de las pestañas, marcar levemente éstas con un poco de rímel, las mejillas
ligeramente sonrosadas, así como los labios. El pelo, siempre recogido y
perfectamente peinado. Todo esto eleva la imagen de Nina a la de un ser
angelical.
En cambio, Lily (Mila Kunis) está en el espectro oscuro. Se
asocia con los negros, los grises oscuros y algunos tonos intermedios. Las
texturas de Lily son los encajes, los tejidos de lycra ajustados y el cuero,
que se deja ver en ocasiones, de forma sutil. La presencia de joyería metálica
también es importante aquí, suele llevar pendientes más prominentes, de diseño
más afilado, menos delicado, así como collares. El maquillaje también acompaña:
Lily siempre lleva sus ojos ahumados negros. Los ojos de Mila Kunis se dejan
acompañar de esta técnica de maquillaje porque son muy grandes y redondeados.
El pelo casi siempre lo lleva suelto, libre, desenfadado. Se enfatiza de esta
forma el carácter rebelde del personaje.
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Otro de los personajes que cae en la paleta intermedia es Thomas. Es una
de las personas que actúa de intermediario entre las bailarinas, por lo que su
espectro de color es más variado. Igual viste de negro, gris o rosa empolvado.
Ayuda a ver a Thomas como un personaje ni negativo, ni positivo. Algunas de sus
actuaciones no son siempre las más adecuadas pero otras sí lo son. Sus texturas
son los algodones o popelines para camisas y pantalones, puntos para algunos
jerséis, y algunos tejidos caídos y gruesos de lana para chaquetones. El estilo
que define su estética es el clásico que sentó las bases desde los años 30 en
moda de caballeros hasta el día de hoy.
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De la misma forma, la madre de Nina (Barbara Hershey) está siempre
vestida de negro, como un personaje asfixiante y opresivo. Una cosa muy curiosa
con respecto a su vestuario es que, a pesar de no hacer danza ya, ella sigue
pareciendo una bailarina. El pelo, recogido en el clásico moño, la ropa, que
sigue siendo elástica y de deporte (cabría esperar verla en algún tipo de ropa
de calle más casual, y no es así) y lo mucho que físicamente ella se viste de
forma parecida a Nina, enfatiza mucho más ese deseo frustrado de bailarina y la
obsesión que tiene por que su hija sea todo lo que ella no pudo ser.
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Cabe mencionar
el personaje de Beth (Winona Ryder) que en este caso se caracteriza dentro del
espectro oscuro, aunque no se considera tanto como un personaje negativo, sino
como uno que está pasando por una época mala y oscura, desagradable, habiéndose
visto obligada a jubilarse mucho antes de lo que ella hubiera querido. Lo que
Beth transmite es tristeza, y ese carácter de una persona “resabiada”, que ya
se las ve venir y está cansada de eso. Los colores oscuros representan esa
madurez y pérdida de la inocencia y, por qué no, de su juventud. Destacaremos
el flamante vestido que luce en la gala de apertura de la temporada de la
compañía de baile. Está ejecutado en gasas, sedas y un fabuloso lamé plateado
cruzado en el pecho hace el punto justo de contraste. Este vestido se
contrapone al delicado número que lleva Nina esa misma noche, de tul blanco
cortado a la cintura, en escote de pico y un curioso adorno entrecruzado en la
espalda, con pequeñas piedrecitas de adorno, confiriéndole un aura casi
angelical. Este último diseño estuvo a cargo de la casa Rodarte.
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Para finalizar, hemos dejado lo mejor: los trajes del Cisne Blanco (Odette) y el Cisne Negro (Odile):
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Estos diseños estuvieron a cargo de las hermanas Mulleavy.
Se trata de
dos trajes hermanos, pero no gemelos. Son iguales en estructura: un body, que
está debajo, unifica el corsé y el tutú. El corsé se construye por un lado y el
tutú por el otro, y luego se unen. Estos trajes (no sólo los de esta película)
son un trabajo completamente artesanal, no pueden ser industrializados para que
queden así de bien.
El corsé
está realizado, en ambos casos, de estructura y acabado similar: ambos tienen
sus copas para el pecho, ambos se dividen en paneles y presumiblemente están
envarillados para garantizar la sujeción, o si no, el traje resbalaría.
Los dos tutús son de
tul, hechos con capas y capas de este tejido. Se dejan las más largas mirando
arriba, y las más cortas quedan debajo, ocultando las bandejas o platos que
sujetan el tutú para que se quede abierto y, a la misma vez, ayudan a aportar
estructura. Estas bandejas se realizan ayudándose de aros y tejidos más rígidos
como es la organza. El aspecto final es el de una falda completamente abierta y
grácil.
Montaje de un tutú. Vía https://www.youtube.com/watch?v=bkwIyBtsGpw |
Ahora bien.
Las cuestiones que los diferencian tienen que ver respecto a los acabados. El
emplazamiento de las plumas en el escote varía. En el traje blanco, las plumas
se sitúan sobre las dos copas, en el negro, las plumas se sitúan a un lateral.
Los cristales de Swaroski se sitúan de forma simétrica en el blanco, a los dos
costados, mientras que en oscuro están situados en el lado contrario a las
plumas, en la otra copa.
El corsé
blanco se recubre con tejido drapeado que confiere un aspecto texturizado y plumífero,
aunque no parecen plumas técnicamente.
Las plumas
en la base de los corsés también son diferentes: en el blanco se concentran en
el centro y se esparcen a derecha y a izquierda, como si fuese una sobrefalda
sobre el tutú. Esta sobrefalda está hecha de pequeños trocitos de tejido que
simulan plumas pequeñitas.
En el negro, se concentran únicamente en la
base, justo en la cadera izquierda y derecha, pero es el tejido de red el que
entra ahora acompañando a las plumas y a toda la superficie del tutú. Es el
mismo tejido que Nina lleva en la cara cuando sale a bailar el papel de Odile. Esta textura enfatiza el carácter oscuro del personaje.
El último
detalle diferenciador es el tocado. Para el Cisne Blanco se usan dos pequeñas
alas cubiertas de plumas y cristales, simétricas. Este esquema de simetría se
mantiene en todo el traje y es propio de la inocencia y pureza del Cisne
Blanco.
Para el Cisne Negro, se opta por una tiara negra cubierta de cristales, a modo de enredadera,
en un patrón irregular. Igualmente, este esquema ayuda a la expresión caótica
del personaje.
El
maquillaje usado también acompaña a cada uno de los personajes, blanqueando el
rostro en ambos como base. El del Cisne Blanco es más clásico, grandes
pestañas, delineado en los ojos y la cuenca del ojo marcada difuminada hacia
afuera, agrandando mucho la mirada. Tiene ciertos tintes parecidos al
maquillaje que se hacía en los años 60 al más puro estilo Twiggy.
En el Cisne Negro, la opción es mucho más artística: Unas poderosas alas se dibujan en los
ojos, en tonos de negro y plata, a base de rayas, en un efecto casi de
brochazo, imperfecto. Los labios se tiñen rojo vino, y las lentillas rojas
hacen un gran efecto de caracterización. Las manos también se pintan a base de
brochazos negros y plateados.
El maquillaje que hizo las delicias de Halloween 2011. Copyright Fox Searchlight. |
También es
obra de Rodarte el vestido que aparece al comienzo del film, cuando Nina está
soñando que baila en el escenario. Es un vestido de bailarina de un aire mucho
más romántico, con un sugerente escote en pico, manga a la sisa, pequeños
detalles de plumas en los hombros, cristales de Swaroski decoran el contorno
del escote y una gran falda de capas y capas de delicado tul. Un vestido que
también permite el baile y confiere a la bailarina otras formas de expresión.
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Aquí abajo
podemos ver algunos bocetos de las diseñadoras:
Arriba, diseños para Nina y Lily de Amy Wescott. Abajo, diseños de Nina, Odile y Odette de Rodarte. |