Verano Rojo
Hoy hablamos en el blog de Verano Rojo, una película indie rodada con unos medios muy limitados, pero mucha ilusión, que ya está disponible en formato doméstico.
Recordatorio: el género slasher es el de "puñado de idiotas masacrados por un loco armado -a poder ser paleto de pueblo-". Como tal, es difícil de innovar y es fácil caer en lo cutre, pero esta peli llega a nuevos niveles.
Abrimos con nuestros cuatro imbéciles principales saliendo del aeropuerto. Vale, normalmente no soy tan dura con los personajes de este género, pero es que se las apañan para caerte mal a los 5 minutos: dos parejitas hetero de niñatos pijos festivaleros de Madrid. Álex es el borde, Dani el que va grabando (¿quién c*ño graba hoy día con una videocámara? Usa el móvil, tiene más calidad, te lo digo como propietaria de una cámara casera digital), y Ana y Paula, dos guarrillas que son intercambiables. No, en serio. Tienen tan poca personalidad que los tíos tienen alma por comparación. Hasta se parecen físicamente. Ríete tú de los asiáticos en los doramas. Bueno, Paula se pasa todo el día magreándose con Dani, pero para mí que es su tapadera.
La cosa es que se van de vacaciones, y han elegido una cala en las Baleares. ¿Por qué esa concreta? Ni idea. Se suben a un coche alquilado y llegan al lugar más terrorífico de España en verano, después de Magaluf: un pueblo. Están perdidos (obviously) y el dependiente se dedica a espiar a Ana mientras mea (gran vejiga que tiene la chica, por cierto). El novio lo ve y ni le grita ni nada. Spoiler: 1° vez les hablan en catalán -perdón, mallorquín- y empiezan a tratarlos de extranjeros. La cosa se convertirá en un panfleto nacionalista chungo, aviso.
El caso es que siguen su camino por una carretera entre campos que se parecen sospechosamente a los que hay cerca de mi pueblo (chirimoyos y cañaverales incluidos) y se encuentran a un señor tirado en la carretera. El tío se llama Xisco y lo llevan a su cortijo, con su hijo Tomeu.
Siguen para la playa, encontrándose una camioneta atravesada (con lo fácil que sería rodearlo con el coche porque es un p*to llano) y de ahí sale un tío con una máscara de cerdo que se lleva a Álex, el único que -casualmente- sabe conducir. Juas. Juas. Juas.
El resto del grupo corre a la casa de Xisco, donde los esperan también un viejo en silla de ruedas, que nunca llegamos a saber muy bien quién es, y el de la máscara.
Y lo dejamos aquí para que descubráis el resto. Momentazos clave a tener en cuenta: unos diálogos típicos del género (mi favorito es el alegato a favor del vegetarianismo), 2 intentos de violación (solo a las chicas, porque para qué ser igualitarios), una p*lla mordida (lol), un asesinato con un tenedor, una crucifixión, un plano de chorizos y morcillas colgadas del techo mientras Ana llora dramáticamente (?) y un par de carreras por el campo en chanclas que ni la Bryce Dallas-Howard en Jurassic World.
Lo más reseñable de la cinta son los actores, que le echan ganas y hasta podrían tener una carrera en condiciones si logran hacer otra clase de films, no olvidemos que Renee Zellweger empezó con la cuarta parte de La Matanza de Texas (sí, la cuarta), los campos de la zona, que dan un giñe que te pasas y deberían ser más veces el escenario de una peli de terror, y el equipo técnico, que cuando no graba primeros planos de gore chusquero, muestran competencia. Bonus: los extras mirando la cámara (como figurante pro me fijo en estas cosas) y descubrimos el arte de grabar en cámara oculta.
Es una peli perfecta para verla una noche de verano y echarte unas risas con tus amigos.
