Nuestros Mejores Años : la de vueltas que da la vida, nunca mejor dicho
Del italiano Gabriele Muccino, llega una mirada a la vida cotidiana de un grupo de amigos en la película Nuestros Mejores Años.
Años 80. Giulio (Pierfrancesco Favino) y Paolo (Kim Rossi
Stewart), un par de amigos, se lo están pasando de escándalo en una discoteca.
Nada más salir, se encuentran con unos violentos disturbios contra la
corrupción del gobierno. Es entonces cuando le salvan la vida a Riccardo
(Claudio Santamaria) y se vuelven inseparables. Poco después, se une al grupo
Gemma (Micaela Ramazzotti), la nueva novia de Paolo. Nuestros Mejores Años es
un vistazo a la vida de estas cuatro personas y qué les sucede durante los siguientes
cuarenta años.
Este grupo evoca ligeramente a los niños de It, pero mucho menos nostálgico y sin payaso asesino sobrenatural de por medio. Solo las vicisitudes del día a día, en un país que desea el cambio pero la corrupción institucional se lo impide. No todo sale siempre bien, ni se cumplen sueños, ni hay grandes dosis de drama o aventuras, pero es ese realismo lo que hace precisamente que la película sea tan amena y te llegue tanto. Con frecuentes rupturas de la cuarta pared en la que un personaje habla al espectador como si narrara un cuento, los actores están impecables (hay dos por cada uno de ellos, la versión adolescente y la adulta) y a eso se le añade lo difícil de la dirección y fotografía: en muchas escenas, los actores realizan su trabajo durante minutos enteros con una cámara fija y sin cortes.
Una película pequeña y discreta pero merece mucho la pena.
