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La invención de George Méliès. Parte II

Lo prometido es deuda y en No quedan cines de verano seguimos analizando la película La invención de Hugo de Martin Scorsese en una comparación con la vida real del cineasta George Méliès conocido como "el primer mago del cine".
Imagen realizada por MadArtLab

En la primera parte del artículo La invención de George Méliès se relató el inicio del cineasta a principios del siglo XX, sus primeras películas y los símbolos más significativos de la la cinta que cuenta la historia de un pequeño huérfano que, tras perder a su padre, tiene que sobrevivir en la estación de trenes de París haciendo el trabajo de su tío, que anda borracho por las calles de la ciudad. Sin embargo, el niño conserva la ilusión de la infancia y tiene el objetivo de arreglar el antiguo autómata que le dejó su padre, objetivo que le llevará a conocer a un anciano George Méliès que se encuentra amargado porque ha caído en el olvido. 

La frustración que sufre el personaje es totalmente verídica pues, tras la Primera Guerra Mundial, su fracasado intento de triunfar en Estados Unidos y la monopolización del cine por parte de la empresa Pathé en Francia (empresa que compró el estudio y el teatro del cineasta por sus deudas), en 1923 Méliès se retiró por completo del mundo de los fotogramas. A pesar de ello, el gran mago del cine había hecho escuela y tras 10 años de olvido, mientras trabajaba en el quiosco de golosinas y juguetes de la estación de Montparnase fue reconocido por Leon Druhot, periodista del Cine-Journal que revindicó su papel en la historia del cine a capa y espada. En el largometraje la figura del periodista es interpretada por Christopher Lee con unos pequeños cambios que vinculan a los jóvenes protagonistas con el viejo cineasta a través del libro La invención de sueño de Tabard que recopilaba la corta trayectoria de la historia del fotograma.

Tras el "descubrimiento" de Druhot los halagos y alabanzas fueron continuas y, el siempre agradecido Méliès, fue reconocido como el cineasta francés más grande del momento con 600 obras a sus espaldas de las que sólo sobrevivieron unos fragmentos. El país francés le condecoró con la Cruz de la Legión y le otorgó un apartamento de tres habitaciones en el Castillo de Orly donde vivió hasta el 21 de enero de 1938, día que falleció.

La última parte del film es un homenaje del director Martin Scorsese a la filmografía de Georges Méliès, recreando las películas que se conocen del cineasta como Voyage dans la lune (1902) hasta los trajes que el propio cineasta diseñaba. Y no es de extrañar que Scorsese quisiese hacer esta alabanza al cine mudo, pues cuenta con la asociación The Film Foundation con la misión de recuperar, restaurar y conservar el patrimonio filmográfico del mundo, especialmente del cine mudo el cual quedó totalmente desprestigiado cuando entraron las palabras en las bocas de los personajes de Hollywood. Por eso vamos a comprar las fieles comparaciones de La invención de Hugo con las verdaderas películas del francés:

Escena de levitación en el teatro Robert Houdin: Aunque no contamos con imágenes reales de las actuaciones de Méliès en el teatro Roberto Houdin, se sabe que había actuaciones de levitación, trucos de desapariciones de mujeres (con una desconocida Jeanne Alcy), juegos de adivinación de naipes y autómatas que interactuaban con el público. Hay una famosa grabación de cómo George hace desaparecer a una mujer tras una sábana.

Voyage dans la Lune de 1902:
Es la obra maestra de Méliès impulsora de la ciencia ficción, conocida también porque fue la primera película que muestra la transición entre dos escenas completamente diferentes. No se trataba sólo de recrear los espacios extraterrestres, la principal intención era filmar cómo llegaban los personajes allí a través de una una nave espacial que despega, viaja por el espacio y acaba aterrizando en el ojo del satélite. En la recreación de La invención de Hugo aparece el lanzamiento del cohete en blanco y negro, aunque actualmente se conocen los colores que tenían la película gracias a nuevas copias que aparecen poco a poco. LLegan a Marte y los fotogramas empiezan a tener color y es cuando entonces, como luna-jefa aparece "mamá Jeanne" como musa de Méliès, pero en realidad, en aquella época el director de cine contaba con una esposa que le apoyó en todos sus proyectos desde el principio y no fue hasta que enviudó y pasaron unos años, cuando empezó la relación con Jeanne Alcy. Obviando algunas escenas, por fin llegan a la Tierra con un marciano enganchado al trasero del cohete, lo apresan y bailan en un festejo conmemorativo del viaje a la luna.



Trajes de los actores de Méliès:
Una vez que empieza el resumen de los inicios en el cine de George Méliès aparecen diferentes trajes diseñados para las películas Le cake-walk infernal (1903) o La damnation du docteur Faust (1904). 
En la primera de ellas, Le cake-walk infernal (1903), actúa el propio Méliès con su caracterísctica calva y su pronunciado bigote dando todo en la pista de baile junto con unas mujeres que visten el disfraz de "abeja" que luce "mamá Jeanne" en La invención de Hugo. Además podemos rememorar los trajes de los marcianos que Voyage dans la lune que se reutilizan junto con parte de los decorados de Marte.



Con la película Le royaume des fées (1903) la teatralización es muy pronunciada, y esto se debe a que como el cine era un arte muy nuevo, todo los que se sabía sobre actuación se había heredado del teatro: Los decorados en varios planos, las entradas de los actores por los laterales, los planos estáticos, los gestos exagerados, etc... La innovación de la película fue el uso de una pecera delante de la cámara para las transiciones acuáticas y que los animales submarinos fueran realistas, ya que eran animales de verdad.



En La damnation du docteur Faust (1904) volvemos a ver a Méliès como protagonista de la cinta con un disfraz diseñado por él, dibujos que se conservan en La Cinémathèque Française gracias a las donaciones de miles de coleccionistas.



Para mostrar como Méliès dejaban la cámara estática y cambiaba los objetos para crear el efecto Stop-Trick (explicado en la primera parte de este artículo) vemos la grabación de la película Le palais des mille et une nuit (1905) con el enfrentamiento a un dragón mecánico y a unos esqueletos danzarines que interpretaban acróbatas de circo.

Os invitamos a ver todas las películas de George Méliès que, aunque se consideran películas no suelen durar más de 20 minutos. Un buen pasatiempo cuando tenemos un rato perdido en el trabajo, los estudios o descansando después de comer.

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