El horror en el mar: Contagio en alta mar
Si viajar en barco te da respeto, no te recomendamos la última propuesta de Neasa Hardiman, Contagio en alta mar.
Shioban, una científica marina especializada en patrones de comportamiento biológicos anómalos, se enrola en la tripulación de un pesquero para uno de sus experimentos. Al llegar a la zona de pesca asignada, un gigantesco monstruo marino se engancha al barco, dejándolos varados en alta mar e infectándolos con un extraño virus...
A caballo entre la ciencia ficción de Cthultu y el horror, la historia parte de una premisa increíblemente simple. Sin embargo, a pesar de sus orígenes claramente indies, el horror de la cinta no se basa en los típicos sustos del género: la historia se va construyendo lentamente, con una amenaza que se basa más en enfrentarse a lo desconocido y a la forma correcta de reaccionar a ello (esas discusiones sobre la cuarentena se parecen demasiado al momento en que vivimos...), que en disparar a un tentáculo gigante con una pistola (no, esta escena no existe). El reducido elenco internacional y un barquito minúsculo ayuda a que el espectador se sienta más agobiado. El hecho de que los protagonistas actúen con sentido común (excepto la razón inicial por la que acaban ahí concretamente, si no, no tendríamos película) suman puntos. Además, la protagonista no es una al uso: tiene ese punto interesante de "científica con algún tipo de trastorno social", pero sin caer en la representación cinéfila habitual de este tipo de personajes.
Salvo un final muy apresurado teniendo en cuenta lo lenta y reflexiva que fue la construcción de la trama, es una propuesta interesante para el raro género de monstruos, y encima en el mar.
