Regresa el estudio Ghilbi con Earwig y la bruja
Earwig y la burja es la última producción del mítico estudio Ghibli, aunque esta vez es una película para televisión.
Earwig, llamada luego Erica, es abandonada por una bruja en un orfanato. Allí crece aprendiendo a manipular a la gente. Un día, es adoptada por Bella Yaga, la bruja local y Mandrake, su demonio. Se convierte en una ayudante de bruja.
Nunca pensé que diría esto de algo de Ghibli, porque siempre se puede alabar o su historia o su animación, pero qué decepción. Uno tiene la sensación de estar viendo una película incompleta. Nunca llegamos a saber quiénes son las brujas, qué quiere la madre de Earwig ni por qué están peleadas, por qué Mandrake (con un diseño clavadito a Crowley de Buenos Presagios, por cierto) está con Bella Yaga y cuando parece que estamos encauzándonos en algo parecido a una trama, la historia termina con un cliffhanger. Respecto a la animación, una de cal y otra de arena. Por un lado es una maravilla en fluidez (destacan particularmente la persecución inicial y la transformación de Mandrake), por otro lado, se acerca más a la versión cutre que podría ofrecer Pixar o Disney. Una pena, porque el punto fuerte de Ghibli siempre ha ido esa estética tan particular, los escenarios y la combinación de 2D y 3D. La banda sonora, normalita, aunque admito que la canción del grupo de música es muy pegadiza.
Parece la copia barata y sin alma de El viaje de Chihiro, no es de lo más acertado del mítico estudio.