Escalando La Jungla de Cristal
Cuando recordamos el cine que veíamos en los 80-90 siempre nos vienen a la cabeza una serie de películas: Cazafantasmas, Regreso al futuro... y si pensamos más concretamente en cine de acción, de ese que tanto abundaba en aquellos años, nos vendrán a la mente películas como Terminator, Arma letal y sin duda alguna la que hoy nos ocupa, Jungla de Cristal.
Corría el año 1988 cuando llego un nuevo héroe de acción, John McClane, interpretado por un joven Bruce Willis, con su pelazo, tanto en la cabeza como en el pecho, malhablado y rudo, eran los 80 y esos tíos duros eran lo que se llevaban.
Nuestro protagonista, un policía que se ha peleado con su ex-mujer, viaja desde Nueva York hasta Los Ángeles para intentar reconciliarse con ella. Allí se encuentran en la fiesta de la oficina donde ella, Holly Genaro (Bonnie Bedelia), trabaja situada en el que va a ser un protagonista más de la película, el Nakatomi Plaza. En ese preciso momento unos terroristas deciden atacar el edificio, con Hans Gruber a la cabeza, interpretado por el gran Alan Rickman en el que sería su primer papel de renombre.
Y bueno, a partir de aquí nos espera lo que todos habíamos venido a buscar, acción a raudales, tiroteos por los pisos de la jungla de cristal que es el Nakatomi, mientras John McClane juega al ratón y al gato con unos terroristas que no saben con quién se han metido mientras suelta frases para el recuerdo como la mítica: “Yippee ki yay hijo de puta”.
En resumen y sin entrar en muchos detalles esta película es hija de su época, un tiempo en el que lo que importaba era la diversión y la acción desenfrenada, en la que el argumento es un poco secundario, lo que no quiere decir que aquí lo sea, tiene sus giros para mantenernos atentos a cada minuto del film. Y la pregunta del millón, ¿cómo ha envejecido esta primera parte de la saga? La verdad es que para mi ha envejecido genial, siempre y cuando sepas lo que vas a ver, si esperas un thriller de suspense o una trama muy compleja igual te decepciona un poco. Lo que hace tan buena esta película son, por un lado sus actores. Bruce Willis hace un papel que lo encumbra como héroe de acción, Alan Rickman hace el papel de un malo memorable e incluso Reginald VelJohnson , al que puede que recordéis mas por su papel posterior en Cosas de Casa, borda el papel de policía que apoya a John en su aventura. Y por otro las escenas de acción que son muy espectaculares y que están muy bien coreografiadas.
Tras esta primera película dirigida por John McTiernan vino una secuela esta vez dirigida por Renny Harlin en 1990 y una tercera parte que volvía a ser dirigida por McTiernan en 1995. Estas pese a que son muy buenas películas, sobre todo la tercera, no llegan a la calidad del título original.
Y no nos podemos ir sin mencionar la cuarta y quinta entrega de 2007 y 2013 respectivamente, que pese a ser películas que no están mal no tienen la esencia y el regusto que nos dejó la “trilogía original” en los 90s.
Ya no hay mucho más que contar, si queréis ver un clásico del cine de acción que ha envejecido muy bien o la progresión de Bruce Willis hacia la calvicie no lo dudéis y daros un paseo por la Jungla, la Jungla de Cristal.
