La reinvención de la noche de Halloween
Este año se celebran cuarenta años del estreno de La noche de Halloween la icónica cinta dirigida por Jonh Carpenter que nos presentó al personaje de Michael Myers y supuso el pistoletazo de salida para el nacimiento del subgéreno slasher con multitud de hijos como pueden ser Viernes 13 o Pesadilla en Elm Street. Y aprovechando la efeméride se estrena una secuela directa de la película original compartiendo el mismo título.
La saga de Halloween es una de las franquicias de terror con una mitología más extendida y diversas secuelas que reiniciaban la saga o que obviaban lo ocurrido en las entregas anteriores. Ejemplo de esta característica tan singular es Halloween III: Season of the witch (1983) la cual no tiene relación directa con las cintas anteriores y ni siquiera cuenta con la presencia de Michael Myers. Por lo tanto, dentro de la lógica interna de la saga no es nada extraño que cuarenta años después se realice un nuevo reinicio de la saga con una continuación directa de la primera película.
Esta nueva versión se realiza bajo el paraguas del estudio Blumhosue Productions, productora que se encuentra detrás de gran parte de los grandes fenómenos del cine de terror de los últimos años como pueden ser Déjame Salir, Feliz día de tu muerte, La purga o Insidious. La mayor parte del éxito de los proyectos realizados por este estudio radica en su innovadora forma de concebir el cine de terror, incluyendo una importante carga social como podría ser Déjame Salir o subvirtiendo los roles ya preestablecidos como en Feliz día de tu muerte. Y esta nueva La noche de Halloween sigue esa estela.
Jamie Lee Curtis en la versión de 2018. |
El principal punto de ruptura con los cánones habituales del género es el empoderamiento de las scream queen. Ya no nos encontramos ante unas chicas desprotegidas que corren detrás del asesino hasta que llega el enfrentamiento con la final girl (porque siempre la última superviviente tiene que ser una mujer), sino que deciden enfrentarse a sus demonios y armarse para plantarle cara. En La noche de Halloween hay tres generaciones de mujeres de una misma familia plantando cara a los demonios del pasado, especialmente Jamie Lee Curtis que ha preparado un búnker esperando este momento. Especialmente significante es la evolución del personaje interpretado por Curtis, vemos las secuelas de lo ocurrido hace 40 años y cómo se ha convertido en poco menos que en una paria social, existiendo hasta cierta culpabilización hacía la víctima y un extraño culto hacía Myers. Esto se muestra en pantalla, aunque con un trazo muy grueso todo hay que decirlo, con la figura de los periodistas del inicio.
Andi Matichak la nueva generación de la familia |
Otro punto bastante novedoso de esta película es la forma de retratar a las victimas, especialmente a las femeninas. En el metraje desaparece el topless femenino de las futuras víctimas femeninas de Myers, y si, seguimos viendo las típicas escenas subidas de tono propias del género, pero existe el desnudo gratuito que, hasta hace poco, era una marca del género, una muestra de que los tiempos empiezan a cambiar. En contraposición a esta tendencia encontramos la primera víctima de la saga Halloween, la hermana de Myers que muere acuchillada mientras se peina en su habitación completamente desnuda a excepción de las bragas, vamos lo habitual para todo el mundo y ya se sabe, mostrar las tetas bien, lo de más abajo ya trae más problemas. Esta escena que aparece en la cinta es el mejor ejemplo del cambio cintas entre 1978 y 2018, cuarenta años de lento progreso.
Esta nueva versión, más que una secuela es una reinvención en toda regla de la saga, actualizando los códigos del género a los nuevos tiempos y mostrando una nueva forma de hacer terror, siendo la piedra de inicio de una nueva saga. Es posible que haya gente que no se identifique con este nueva Halloween,que les parezca una mariconez y añoren los viejos tiempos de la original, personalmente, considero que era necesario este cambio de rumbo del cine de terror.