Nuevas formas de mascunilidad en el Festival de Málaga
Hoy ha dado comienzo una nueva edición del Festival de Cine de Málaga con la gala de inauguración y la proyección de La boda de Rosa, el último proyecto de Íciar Bollaín con Candela Peña de protagonista. De forma paralela se ha inagurado la sección oficial de cortometrajes y hemos podido asistir al segundo pase de los cortometrajes de la sección oficial bajo el titulo "Un hombre debe ser hecho y derecho".
Los cincos cortos de la sesión de tarde en el cine Albeniz guardan en común su prisma de la masculinidad y una visión de como deben ser los hombres, al menos, a ojos de nuestra sociedad.
El primero de ellos es Günst ul vándrafoo (Ráfagas de vida salvaje) de Jorge Cantos todo un veterano del Festival que ya participó en 2016 con Take Away; en este nuevo proyecto nos traslada de una forma sutil la difícil relación padre e hijo a través de una familia de origen rumano que malvive en un descampado, siendo la única vía de escape su relación con los adolescentes de los alrededores y su facilidad para entablar amistad con el resto de jóvenes.
La hoguera dirigida por Carlos Sanz, nos lleva hasta Murcia para contarnos una historia de hijo pródigo, de ese descendiente que ha decepcionado en todo a su padre porque no ha seguido el camino establecido y como las nuevas generaciones tratan de romper con lo anterior y crear su nuevo modelo. A destacar especialmente de este corto las escenas en exteriores que cuentan con una enorme fuerza visual y consiguen atrapar al espectador.
Caracoles Serranos del realizador Victor Cerdán nos muestra esa masculinidad clásica, tradicional, violenta, de proteger a tus hijos y a tu familia pase lo que pase y bajo cualquier circunstancia. Igualmente trae a colación ese machismo estructural de que todo hombre debe velar por las mujeres de su hogar y que nadie que entre de fuera va a ser lo bastante bueno para sus hijas. Todo esto en un relato muy directo y que nos cuenta la desesperada protección de un padre a su hija.
Écija nunca ha lucido tan pueblerina como en el corto de Sandra Romero Por donde pasa el silencio. El film nos cuenta el regreso al pueblo de un joven que vive en Madrid y como revive los viejos amores de finales de adolescencia y siente todo la opresión de una comunidad tradicional con sus valores, especialmente chocantes para una pareja homosexual. Es reseñable la naturalidad con la que muestra este corto las relaciones homosexuales no queriendo atribuir de forma impostada a un miembro de la pareja un rol femenizado.
Acabamos nuestro repaso con Gang, film dirigido por Alex Sardá y que recrea una noche de desenfreno y alcohol de un grupo de jóvenes que se acabará yendo de las manos. La historia tiene un cariz asfixiante, logrando trasmitir a los espectadores el agobio de todo lo que se muestra en pantalla. Una acertada reflexión sobre como interpretan las nuevas generaciones la sexualidad y el papel del hombre en la misma.