El regreso de Achero Mañas con Un mundo normal
La noche del 3 de febrero de 2001 El bola, la película dirigida por un desconocido Achero Mañas, ganaba los principales premios en la edición de los Goya en una de las victorias más inesperadas de estos premios. Automáticamente, Mañas se convertía en uno de los nombres a seguir en nuestra Industria. Ahora regresa a las salas con Un mundo normal tras un inusual silencio que se ha prologando diez años.
La filmografía de Mañas no es muy prolífica, tras la icónica El Bola, estrenó en el año 2003 la muy reivindicada posteriormente Noviembre sobre una compañía de teatro y en 2010 la muy singular Todo lo que tu quieras y tras ellas un largo parón creativo que ha durado una década. Un mundo normal es una road movie con elementos muy personales que nos cuenta el viaje de una padre y una hija que deciden "secuestrar" el cadáver de su abuela en aras de cumplir su último deseo que es ser enterrada en el mar.
Para su presentación, no había mejor lugar que el Festival de Cine Español de Málaga, dónde el realizador mantuvo un encuentro con la prensa tras la proyección. En el mismo señaló las dificultades para que realizadores como él logren sacar adelante sus proyectos, en parte por el clima que existe en la Industria de nuestro país que dificulta mucho que vean la luz proyectos más autorales como puede ser Un mundo normal y por otra parte por la especial método de trabajo del Mañas, no habiéndose presentado la ocasión ideal estos años atrás. El director se mostró muy beligerante con la actual ley del cine que, en teoría, debía apoyar a los proyectos más pequeños, pero que los está haciendo aún más invisibles.
Volviendo a Un mundo normal, la película se encuentra protagonizada por Ernesto Alterio que da vida a Ernesto, un director que sólo busca involucrarse en aquellos proyectos que le llenen artísticiamente huyendo de propuestas más comerciales. Al igual que el Salvador Mallo al que daba vida Antonio Banderas en Dolor y Gloria de Almodóvar, es muy difícil saber dónde acaba Achero y empieza Ernesto, siendo una especie de alter ego del director en la pantalla,. Nos encontramos ante un muy cuidado juego de espejos en el que se nota que es un proyecto muy personal del director y Alterio logra plasmar en la cinta la personalidad del realizador. A esta esencia personal que rezuma el film hay que sumar que la coprotagonista, Gala Amyach,es en realidad la hija del director.
Un mundo normal posee una equilibrada mezcla entre comedia y drama, con algunos pasajes que logran emocionarte y acertados momentos cómicos. Es un gran homenaje a la madre de Achero Mañas, fallecida en este tiempo de silencio del director y que, según relata el propio Mañas, lanzó una televisión por la ventana porque sus hijos estaban embobados ante ella. Su madre pidió expresamente, al igual que la protagonista de la película, que fuese enterrada en el mar. Lo que no ha aclarado el realizador es si accedieron a cumplir su último deseo.