La Bella y La Bestia: Ah, pero estamos en el Rococó, ¿no?
Hace unas semanas se estrenó el tan esperado filme (me incluyo entre ese público) La Bella y la Bestia (2017) de Bill Condon, la versión en vivo de la tan aclamada y oscarizada película animada de 1991 de Walt Disney Pictures, una de las películas favoritas de la infancia de muchos de nosotros.
Ya me había empapado previamente de aquellos datos que consideraba interesantes para ir preparada acerca de lo que me iba a encontrar. Aparte de saber que Emma Watson estaba en el proyecto desde hace mucho, supe que detrás del diseño del vestuario estaba Jacqueline Durran (Orgullo y Prejuicio (2005), Ana Karenina (2012)), autora de uno de los vestidos más maravillosos, recreados e imitados en diferentes ámbitos de la moda, del cual hablaré en otra ocasión. Hablo del vestido verde esmeralda que llevaba Keira Knightley en el filme Expiación (2007):
Por este diseño, Durran se hizo con el Best Achievement in Costume Design de los Oscars en 2008.
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Pensé, "vaya, esto promete". Además del reconocimiento de los Oscars, cuenta con premios BAFTA o Costume Designers Guild. Es una de las diseñadoras de vestuario más reconocidas del panorama actual.
La cartelería de la película también dejaba entrever un poco cómo iban a ser los diseños del filme, no es que fuera a ir a ciegas. Además, conocía previamente el contexto en el que se desarrollaba la película: Francia en pleno Rococó. Este movimiento artístico que se dio en este país se desarrolló entre 1730 y 1760, y fue un arte al servicio del poder absolutista de reyes como Luis XIV en el palacio de Versalles o la reina María Antonieta, donde la opulencia, los colores luminosos y pasteles y el recargamiento visual eran el pan de cada día. El arte Rococó se desarrolló, sobre todo, a través de la pintura y el arte mueble, en decoración de espacios, y se oponía a la oscuridad y al tenebrismo del Barroco, el movimiento inmediatamente anterior. La pintura rococó retrataba escenas cotidianas palaciegas, cortesanas, frívolas. Y como es de esperar, las corrientes artísticas también se plasmaban en la indumentaria de la época: se desarrolló el "robe volante" o vestido volante, un complicado atuendo que caía con generosos pliegues por delante del cuerpo y por la espalda, con un soporte interno estructural de corpiño y falda muy redonda. También otro atuendo algo posterior, y que fue el que tuvo más representación fue el "robe a la française" o vestido a la francesa, más ajustado, de escote revelador, un peto frontal de encaje, manga al codo también llamada manga pagoda y falda armada con miriñaque forrada de una crinolina (este es el nombre que recibe la estructura que forma la falda).
Aquí vemos a Madame Pompadour con el robe a la française, una it girl de 1756, pintada por Boucher.
Aquí vemos ejemplos de las complicadas estructuras que estaban bajo estos vestidos, de izquierda a derecha, de arriba a abajo: miriñaque, polisón, guardainfantes y peto a modo de corsé.
Estos vestidos se realizaban en ricos brocados, en seda que se fabricaba en Lyon y que adquirió pronto gran fama. Tenían motivos eminentemente florales y vegetales, emulaban la naturaleza. Los vestidos se enriquecen con metros y metros de encajes, lazos y volantes. Se maquillaban la piel de tonos pálidos, el colorete predominaba como símbolo de feminidad y los labios se maquillaban también en consonancia al colorete. Los peinados eran excesivos, altos, con adornos como frutas o flores. Todo valía y nada era suficiente para destacar entre las mujeres.
Bien, con todo este compendio de referencia histórica, estaba ávida de curiosidad por ver qué me ofrecía Durran. Y debo decir, que algo no me encaja del todo.
Comencemos por el principio:
Al empezar, se nos sitúa en la villa donde se desarrolla la parte de la cotidiana e insulsa vida de Bella, donde se siente encerrada pero se nos muestra como una mujer con capacidad de decisión propia, inteligente, cultivada y con una gran inquietud. Esta parte del vestuario es sumamente interesante y se puede ver que el vestido se acomoda perfectamente a ella. El vestido azul toma un curioso giro con bolsillos, partes prácticas, unos convenientes pololos que ocultan su ropa interior para que pueda montar a caballo, y todavía es capaz de recordarme al del film original. El material parece ser algún tipo de algodón grueso, en otras piezas se ven materiales como el lino o el cáñamo,materiales resistentes y lo que cabría esperar para una chica siempre con las manos en la masa. Muy acertado por parte de Durran.
Otro detalle curioso acerca de este diseño es que parece ser reversible. Hay algún cambio en la parte externa del traje donde vemos que claramente es el mismo, pero se revela un bonito tejido de algodón bordado de flores rojas, muy en la tónica del filme. La versatilidad del traje y los pequeños detalles es uno de los aspectos más interesantes de este outfit.
El vestido adecuado para el personaje adecuado.
Todo pintaba bien, estaba convenciéndome. La estética en general del personaje y el entorno en el que se encuentra tienen sentido para mí. No olvidemos que el rococó es un estilo de la corte, de los palacios, no de la aldea.
Cuando Bella entra prisionera en el castillo de la Bestia, vemos como el vestuario se enriquece. Ahora estamos en el ambiente palaciego, el cual tiene detalles vegetales por doquier, riqueza en su decoración, muebles con motivos florales, como hemos mencionado anteriormente. Este enriquecimiento es sutil. Hay un atuendo que nos recuerda directamente a la película animada:
En la escena de la pelea de bolas de nieve, la inspiración de la capa roja invernal es evidente. Aquí el recubrimiento de pelo blanco que ribetea la capa se ha sustituido por un delicado adorno bordado con flores de forma muy delicada, y el vestido que lleva debajo se compone de una chaqueta, corpiño y falda. Un detalle muy interesante acerca de este outfit en particular es que se desarrolló en colaboración con EcoAge, la agencia más importante a nivel internacional para promover y certificar la procedencia y la trazabilidad de las prendas de moda, garantizando que éstas no contaminan ni en la obtención de materia prima ni en su manufacturación, que no se ha explotado a nadie para su producción o comercialización y que tienen cierto nivel de compromiso social. En concreto, la capa se hizo con un tejido de lana británica antiguo, de 1970, comprado en una feria de artículos vintage. Se tiñó posteriormente con tintes naturales, y el forro se hizo con seda tussah. La chaqueta está hecha de lana tejida a mano que se compró por EBay de fecha 1960, teñida también con tintes de bajo impacto. Su forro era de algodón GOTS certificado, de origen indio, tejido a mano y teñido con tintes vegetales. El mandil está hecho de lino GOTS certificado, y el patrón de dibujo está hecho a mano por el artista londinense Oliver Kilby, que también ha pintado a mano otros elementos de otros acessorios de este personaje.
Hay otros detalles como las calzas, que están hechas de algodón orgánico certificado y cáñamo, que se puede cultivar sin necesidad de pesticidas. Durran está de acuerdo en decir que éste fue uno de los más difíciles de ejecutar, ya que tuvieron que experimentar con una materialidad y tintes que no estaban acostumbrados a trabajar. Esto se hizo así en colaboración con Watson, que es una muy conocida por defender el feminismo y la ecosostenibilidad en el mundo de la moda, ámbito en el cual personalmente me hallo trabajando.
Estaba contenta. Pensaba, 'genial, hay cohesión y sentido, ¡esto funciona!'... Hasta que llega la escena del baile. El mítico vestido dorado de Bella.
Hasta ahora, había aceptado el hecho de que el rococó en el vestuario no se hiciera muy patente. Porque verdaderamente, no había sido necesario. Esta Bella es muy pragmática, cerebral y sencilla, sin recargamiento, sin excesivo maquillaje, todo lo que Watson deseaba transmitir en su personaje de mujer fuerte e independiente, ya que sabía de antemano que ella había tenido cierto control creativo. Pero a la hora del baile, cuando la opulencia entra en escena, es cuando ya nada encajaba en mi cabeza.
El vestido es... correcto. Y ese es el problema. Para la pantalla, se necesitaba algo más que 'correcto'.
En el afán de Watson de desmitificar a la tradicional princesa Disney, el primer error residió en su negativa a usar corsé que, a su manera de entender, es un símbolo opresivo de la mujer, que genera siluetas irreales para el 2017 y que no era práctico para el papel que ella debía realizar a la hora de cabalgar y correr. El corsé sirve para algo más que generar una cintura imposible. Los corsés se diseñan a medida. Bastaba con haber hecho un corsé que fuese a las medidas de la actriz y que no redujera su cintura si eso era un problema. El corsé además tiene la función de dar cuerpo a la falda, ayudando a la línea de la cintura y su volumetría, por lo que el vestido cae casi recto desde la línea de la cintura.
Esto ha tenido como consecuencia que el diseño de la manga hubiera sido más favorecedor para el vestido, si se hubiera hecho como en la animación original, de escote barco, dejando los hombros al descubierto. La razón por la que la manga se ha puesto apoyada sobre los hombros es por no llevar corsé. Si el vestido no tiene un soporte adecuado, acabaría por deslizarse progresivamente hacia abajo. Hacerlo así era una forma de 'sujetarlo'.
Hoy día, para muchas mujeres, el uso regular del corsé es completamente voluntario y por ende, un acto completamente feminista. Para ellas, es un símbolo de feminidad y de autoestima, y los corsés, llevados y diseñados correctamente, no tienen nada de incómodos. Ver un corsé desde el punto de vista de siglos pasados es un pensamiento limitado y obsoleto.
Por otro lado, el vestido tiene el peto frontal adornado que hemos descrito anteriormente, pero honestamente, el adorno de encaje que lleva en el frente es casi indiscernible. Sé que se trata de una serie de lazos de encaje pero, por más fotos que veo, me cuesta describirlo. Se superponen unos sobre otros, con un pequeño adorno de blonda por los bordes, haciendo pequeños paneles.
Imagen del peto frontal, si mi descripción es incorrecta estoy abierta a sugerencias.
El diseño de la falda también es algo pobre. No se hace contraste de tejidos o texturas, aparte de no tener una crinolina que le ayude a darle forma o más capas de tejido interior. Se deja todo a un mismo tipo de tejido que parece ser organza, que deja algo de transparencia pero, cuando se superpone una contra la otra, no tiene nada de matices, de dimensión. Y lo mismo sucede con el adorno vegetal que decora los bordes de los volantes. Son demasiado sutiles y discretos. Es necesario hacer primeros planos para poder visualizarlos y desaparecen por completo cuando la cámara se aleja. Sé que están pintados a mano con pintura textil dorada y tiene pequeñas decoraciones de cristales de Swarovski, pero son tan discretos y pequeños que pasan completamente desapercibidos.
En cuanto al peinado, a pesar de ser como el de la película de animación, pecaba de demasiado 'natural', y algún ligero ondeado hacia la parte que quedaba suelta hubiera ayudado a componer mejor el look, así como el maquillaje. No hay diferencia, no se pone un hito estético que marque que estamos ante una ocasión especial. Se hubiera podido hacer un maquillaje que también denotara esta diferencia de evento, y que quedase elegante y bonito.
Y bueno, hablando del tocado de la cabeza y los earcuffs (unos pendientes que rodean por completo la oreja) así como el colgante, otra vez adolecen de discreción. Están hechos de hojas doradas metalizadas, muy sutiles, muy delicadas pero, hasta que la cámara no les hace primeros planos, es imposible haber averiguado que las llevaba. En las imágenes promocionales ni me había dado cuenta, pensé que no llevaba nada.
Debo decir que sí hay algo positivo del vestido y es, que el material escogido, al ser tan ligero, con los movimientos de Watson al bailar, parece flotar. Es un punto a su favor y es bueno reseñarlo también.
En mi modesta opinión, el principal problema de esto ha residido en que Watson ha tenido un considerable poder creativo sobre el vestuario y, mientras que en algunos aspectos ha sido muy positivo (como hemos visto en los looks anteriores), haber dejado que la parte práctica opacara a la parte de fantasía no ha sido la mejor decisión. Ha sido una oportunidad desperdiciada para dar rienda suelta a la imaginación y haber llenado la pantalla. No he visto lo que necesitaba ver, no ha ayudado al personaje porque, en este punto, ya estaba fuera de la película. No veía a Bella, sino a Watson. Zapatero, a tus zapatos...
No voy a entrar a analizar el vestuario masculino porque me quedaría esta entrada eterna (que ya lo es), pero añadiré que ésta ha sido mucho más rica e interesante en general, tanto de la Bestia como del resto de personajes masculinos y femeninos. Casi todas ellas llevan el 'robe a la française' con manga pagoda al codo, muchos lazos, encaje y peinados elaborados. Los caballeros llevan la tradicional casaca o redingote, que es esa especie de chaqueta larga, con decorados botones y exquisitos bordados, con sus calzas a juego.
Para finalizar, dejo para muestra, un botón. En la escena del baile de Cenicienta (2015),
puedes escuchar cada tejido sonando uno contra otro al bailar, y ese es el menor de los detalles. Lo demás, lo dejo para otra ocasión.