La falta de concienciación sobre la pirateria
Marzo de 2011, salón de conferencias de la Facultad de Derecho, me encuentro en uno de esos cursos para obtener créditos de libre configuración llamado Fotogramas Jurídicos, como podéis imaginar, el curso consistía en ver películas seguidas por un pequeño debate. Esa tarde la película elegida era Oriente es Oriente (1999) y nuestra cara de sorpresa fue mayúscula al ver que usaban una copia pirata para verla. El director del curso señaló que existía una sentencia del Tribunal Supremo que permitía su uso para fines educativos, curiosamente la misma película estaba disponible en DVD la biblioteca de la Facultad de Relaciones Laborales apenas a 200 metros, por no hablar de los videoclub que había por la zona...aunque es cierto que la conducta ilegal no era.
Imagen sacada del diario El País |
Febrero de 2017, acudo a un Pub del centro de Granada a uno de esos cineforums que se montan entre semana para amenizar las noches de invierno. La película era Mustang (2015) que se proyectaba en Versión Original, la versión evidentemente era pirata y los organizadores se quejaron de que les había costado mucho encontrarla en VOSE. En ese momento estaban extendidas las plataformas de VOD dónde a un módico precio y a golpe de clic podías obtener la película, por no hablar de los videoclubs de la zona. Es cierto que, en el caso de haber alquilado la película podríamos hablar de un posible delito de comunicación pública de la película, pero ese es ya otro tema.
Estos dos ejemplos muestran lo extendida que se encuentra la piratería en nuestra sociedad y la falta de conciencia que ha existido históricamente sobre el tema. No es simplemente que se piratee el contenido audiovisual, es que directamente lo hemos interiorizado como algo normal y no nos escondemos para hacerlo y hasta nos jactamos de ello. La expresión de que ya pago bastante por internet como para no bajarme las cosas, por desgracia, está bastante extendida.
Volviendo al presente, hace poco se produjo el cierre de una conocida páginas de descargas (la cual no nombraremos) y las Redes Sociales se llenaron de quejas por el cierre y exigían alternativas para poder seguir disfrutando de ese contenido. Y por supuesto, no se referían a alternativas como Netflix, Movistar, Filmin, Rakuten, HBO y tantas otras que componen la variada oferta de plataformas dónde de forma legal se puede ver el contenido. Es más, había ciertas listas de alternativas a la página de descargas cerrada.
Esta difusión sobre como acceder por vías poco legales al contenido es impensable en otros casos, por ejemplo, nadie va a publicar un listado de que semáforos de tu ciudad no tienen cámaras para que te los puedas saltar a las 3 de la madrugada o las mejores maneras de defraudar a Hacienda en tu próxima declaración. En cambio con los delitos contra la propiedad intelectual hay cierta carta blanca y se les considera como `delitos menores` o ´delitos que no tienen victimas´.
Y como dice la banda mexicana Maná en su canción Ana ´Lo que más lamenta Ana, es que nunca hubo educación´ y con la piratería ha pasado lo mismo. Durante años se ha pirateado todo tipo de contenido y se ha normalizado esa conducta, desde la compra de productos en el top manta, pasando por el Emule y similares o bares que emiten los eventos deportivos sin pagar la televisión por cable. Por no hablar de webs y blog que hablan de películas que no se han podido ver en nuestro país, de series al ritmo de emisión en EEUU (aunque se estrenen dos días después en España), o que directamente, comparten enlaces de descargas de contenido. Y aunque con la llegada de todas las plataformas de video online bajo demanda parecía que la piratería había disminuido en España, aún queda mucho por hacer, sobre todo para concienciar y educar.
Alternativas al cierre, RT para salvar una life. Imagen de Fuera de Series |
Se necesita mucho trabajo de concienciación sobre las piratería y sobre sus consecuencias. Llevamos más de quince años oyendo hablar sobre el tema y por más campañas que se realicen, tristemente seguimos casi en la casilla de salida y lo vemos como una actividad normal y casi un derecho que tenemos inherente. Lo primero que tenemos que asumir como sociedad es que los derechos intelectuales son tan importantes como tantos otros y al igual que a nadie se le ocurre irse sin pagar de un bar a nadie se le ocurra descargar una película, aunque el camino es muy arduo.
A todo esto, una semana después, la página de descargar volvió a internet con otro nombre y siendo Trending Topic durante horas.