El viaje al mundo onírico de Mirai
Hoy hablamos de una película de anime (animación procedente del país nipón). Se trata del Mirai último trabajo de Mamoru Hosoda, creador de Wolf Children.
Kun, un niño de unos 5 años, acaba de tener una hermanita pequeña. Mirai es un bebé adorable que hace las delicias de la casa... hasta el punto de que Kun acaba sintiéndose un poco abandonado. Tras una trastada, va a llorar al jardín... donde su perro toma forma humana y le indica cómo solucionar el problema.
Tanto si conocíais a Hosoda como si no, preparaos para el pausado relato intimista de una familia nuclear japonesa de la época actual. No tiene más. Un acontecimiento pequeño sucede, Kun sale y bajo el árbol del jardín aparecen los más variopintos personajes, desde la versión del futuro de Mirai, a su bisabuelo de joven, su madre de niña, él mismo o una estación de tren. Gracias a estos encuentros, descubre un poco la historia de su familia y aprende a ser un buen hermano mayor.
El diseño de personajes es simple, pero expresivo. La música es orquestal y bastante emocional. La animación es fluida y preciosista, con escenas de acción al final y varios estilos de dibujo mezclado (como el guardia de la estación, que parece un muñeco de papel) en las secuencias "oníricas" del jardín. Kun se comporta como un niño de su edad (rabietas incluidas) y toda la familia destila calidez. Para colmo, pese a la aparente simpleza de su premisa, todo tiene segundas lecturas y simbolismo a punta pala.
Tiembla, Ghibli.