La vida mejora mucho si el guión lo escribe Richard Curtis
La comedia romántica vivió una época dorada entre finales de los 80s y finales de los 90s, idilio que prácticamente despareció con el comienzo del nuevo siglo. Puede que el efecto 2000 no provocará el anunciado fin de los días con el apocalípsis informático que nos auguraban, pero si supuso una barrera casi infranqueable para este género.
Hace ahora 20 años, en ese gran verano de 1999 que nos trajo a las salas cintas tan icónicas como La Momia, Matrix o La amenaza fantasma, llegaba a nuestras salas el canto de cisne de esta época dorada, Notting Hill, dirigida por Roger Michell y protagonizada por la novia de EEUU Julia Roberts y la estrella británica Hugh Grant.
Y no olvides que, sólo soy una chica delante de un chico pidiendo que la quiera
¿Quién no recuerda esa mítica escena de Julia Roberts en Notting Hill ? Una actriz que se encontraba en el mejor momento de su carrera (de hecho al año siguiente se llevaría el Oscar a casa por Erin Brockovich) al servicio de una gran comedia romántica. La interprete, toda una institución en la comedia romántica (dos años antes había estrenado la reivindicable La novia de mi mejor amigo) cruzaba el charco y se embarca en una comedia con un claro marcado toque british, el resultado fue esta pequeña joya llamada Notting Hill. Y si algo destaca de la película es su guión, no es casualidad que recordemos esta frase, obra de Richard Curtis.
A partir de ese momento, el nombre de Curtis quedó unido al de la comedia romántica, encontrándose de una manera u otra detrás de gran parte de los grandes títulos del género a partir del 2000, así encontramos los guiones de la saga Bridget Jones, dirección y también guión en ese clásico navideño que es Love Actually, el guión de ese regreso a la isla de Kalokari en Mamma Mia! Una y otra vez y como no, la maravillosa Una cuestión de tiempo en la que ejerce de director y guionista y que se encuentra protagonizada por una Rachel McAdams, que nunca ha estado mejor y que decía que aquello de que no se bajaba las bragas por Escocia.
Curtis se ha convertido en todo un sello dentro de la comedia romántica, todas con un toque muy británico y, su sola presensencia es motivo de sobra para acudir al cine a ver la película. Lo importante al fin y al cabo es el guionista. Y eso ocurre con Yesterday, película dirigida por Danny Boyle y que viene a alegrarnos el verano.
¿Os imagináis un mundo en el que nadie recuerda a los Beatles? Ese es el punto de partida de Yesterday, tras un apagón todo el mundo a olvidado las canciones de los cuatro de Liverpool salvo Jack Malik, un intento de cantante al que da vida Himesh Patel que verá la oportunidad de su vida. Junto a él, coprotagonizando la cinta Lily James, a la que ya vimos el verano pasado en otra película made in Curtis como es Mamma Mia! Una y otra vez.
Yesterday es una divertida comedia romántica que tiene como excusa la música de los Beatles y que logra sacarte más de una sonrisa. Queda claro que es una comedia menor y no llega a funcionar del todo y se notan ciertos cortes en el montaje, pero sigue siendo un digno entretenimiento para la época estival. No sabremos como sería un mundo sin los Beatles (o sin la Coca Cola), pero tenemos claro que un mundo sin Curtis sería menos romántico.
Curtis se ha convertido en todo un sello dentro de la comedia romántica, todas con un toque muy británico y, su sola presensencia es motivo de sobra para acudir al cine a ver la película. Lo importante al fin y al cabo es el guionista. Y eso ocurre con Yesterday, película dirigida por Danny Boyle y que viene a alegrarnos el verano.
¿Os imagináis un mundo en el que nadie recuerda a los Beatles? Ese es el punto de partida de Yesterday, tras un apagón todo el mundo a olvidado las canciones de los cuatro de Liverpool salvo Jack Malik, un intento de cantante al que da vida Himesh Patel que verá la oportunidad de su vida. Junto a él, coprotagonizando la cinta Lily James, a la que ya vimos el verano pasado en otra película made in Curtis como es Mamma Mia! Una y otra vez.
Yesterday es una divertida comedia romántica que tiene como excusa la música de los Beatles y que logra sacarte más de una sonrisa. Queda claro que es una comedia menor y no llega a funcionar del todo y se notan ciertos cortes en el montaje, pero sigue siendo un digno entretenimiento para la época estival. No sabremos como sería un mundo sin los Beatles (o sin la Coca Cola), pero tenemos claro que un mundo sin Curtis sería menos romántico.