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Cartelera febrero 2024

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Las Hurdes ¿Tierra sin pan?

Salvador Simó Busom ha dirigido la película animada Buñuel en el laberinto de las tortugas, una adaptación de la novela gráfica de Fermín Solís que ilustra cómo el cineasta Buñuel se presentó en la zona más pobre de Extremadura para retratar la pobreza y las costumbres arcaicas del lugar. 

El cineasta de navaja en el ojo filmó un pequeño documental de apenas media hora llamada Las Hurdes, Tierra sin pan. Las Hurdes era un conjunto de 50 aldeas con más de 80 mil habitantes, en un entorno hostil y salvaje. El retrato extremista que se hizo sobre los hurdanos y sus costumbres mostraba sólo el "lado malo", pero, ¿Qué se puede decir hoy de Las Hurdes?

Las Batuecas:
Comparación de El Monasterio de las Carmelitas del Desierto en la actualidad y en la película Buñuel en el laberinto de las tortugas
En esta ocasión Las Batuecas pertenece a Salamanca, lindando al sur con Las Hurdes de Cáceres. Bien, durante el documental de Buñuel se presenta la tradición eclesiástica del mundo rural: Una iglesia rodeada de 18 ermitas y una muralla, en las cuales vivían el Prior y los monjes de la zona, que pasaban las noches en vela mientras se comunicaban tocando las campanas. 

Hoy en día, el Monasterio de las Carmelitas del Desierto de San José ofrece un hospedaje para quien necesite desconexión tecnológica y meditación, como los monjes que retrata Buñuel. Además, muy cerca del monasterio está el Canchal de las Cabras Pintadas, una bonita ruta de senderismo con pinturas rupestres.

Aceitunilla:
Aceitunilla: imagen real vs película Buñuel en el Laberinto de las Tortugas
En este pequeño núcleo de población al que sólo le llegaba agua en verano, Buñuel filma cómo el maestro entregaba un mendrugo de pan duro a los niños más pequeños, los cuales se lo debían comer en el propio colegio para evitar que sus padres se lo quitaran al llegar a casa. La mayoría de esos niños pertenecían a Ciudad Rodrigo, a dos días a pie, acogidos por las mujeres de Aceitunillas a cambio de 15 pesetas mensuales. Dinero con el que alimentaban al resto de su familia.

Hoy en día Aceitunilla es una alquería de arquitectura vernácula en piedra de pizarra muy pintoresca, que aprovecha su panorama paisajístico para atraer al turismo rural. Su aspecto petreo comienza con la repoblación gallega de la Edad Media, cuando se construyen casas de tradición celta y castros.  Muchas de ellas, todavía conservan las oraciones religiosas en el umbral de la puerta de entrada, como cuenta el documental.

Tradición y cultura hurdana:
Viñeta de la novela gráfíca Buñuel en el Laberinto de las Tortugas, por Fermín Solís
En la década de los 30 la mayor parte aldeanos estaban enfermos de bocio, una enfermedad ahora erradicada gracias a la incorporación de yodo en la sal de mesa. 
La apicultura de miel amarga de la flor de Brezo es la principal industria de Las Hurdes. Las colmenas se conservaban en Las Hurdes  durante el invierno para, posteriormente, trasladarlas a Castilla para seguir con la elaboración. 

En la actualidad, la miel sigue siendo un producto de tradición hurdana llevado, con mucho ingenio, hacia talleres de apiturismo. En ellos, durante dos días puedes cosechar miel y realizar productos artesanos derivados de las colmenas como velas.

Por suerte para los gallos, las despedidas de los solteros ya no se celebran de la misma manera. Ahora, la fiesta más pintoresca de la zona es La Albehaca, una fiesta en la que los jóvenes varones tienen que robar la flor de albehaca más bonita, para luego lucirla en su pecho o detrás de la oreja. Una fiesta que se puede realizar gracia a la labor de todas las muchachas solteras que, durante el resto del año, se dedican a cultivar las albehacas en sus balcones.
Hurdanos: Fotografía de 1933 vs novela gráfica de Fermín Solís
Las Hurdes, ahora un pasaje idílico de la naturaleza, ha tenido un pasado visceral que merece la pena conocer. Por eso, en no quedan cines de verano os proponemos un ejercicio de contraposición en el que primero veáis el documental de Buñuel Las Hurdes: Tierra sin pan. Luego, sigáis con Buñuel en el laberinto de las tortugas para conocer los tejemanejes del director a la hora de filmar el documental y, después, y si el bolsillo lo permite, hagáis una escapada de fin de semana a Las Hurdes. Conociendo de dónde vienen y hasta dónde han llegado la belleza del paisaje se multiplica por cuatro.









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