Las mjercitas de Gerwig
Tras su gran éxito de crítica y público con Lady Bird, obra que la llevo a estar nominada al Oscar a la Mejor Dirección, Greta Gerwig regresa este año adaptando todo un clásico de la literatura norteamericana como es Mujercitas.
La historia de Mujercitas es de sobra conocida en Estados Unidos, siendo uno de los libros que tradicionalmente se lee en las escuelas como podría ser en nuestro caso el Lazarillo de Tormes o El Quijote. Nos encontramos, por tanto, ante un relato que forma parte ya de la cultura popular en EEUU y en la que los viajes argumentales de los personajes se encuentran ya establecidos dentro del imaginario colectivo. Prueba de su relevancia es su presencia en la serie Friends en el capítulo 13 de la temporada 3 en la que Rachel y Joey tienen una trama con el libro y el congelador.
Como es lógico, la novela cuenta ya con 3 adaptaciones cinematográficas, siendo la más reciente hace justo 24 años con Winona Ryder, Susan Sarandon, y Kirsten Dunst en su reparto, por no contar las otras adaptaciones, existiendo hasta una en formato anime en los 80s. El trabajo de Gerwig, que también actúa como guionista en el film, era muy complicado, aportar su sello personal a una historia de sobra conocida y no traicionar el espíritu de la historia. Y, consigue salir airosa de su camino por el alambre.
La principal novedad es la forma de contarlo, apuesta por un montaje que huye de la linealidad de la historia, produciéndose constantes saltos entre una línea temporal y otra. Tradicionalmente, todas las adaptaciones de Mujercitas, adaptan dos libros: el de mujercitas propiamente dicho y su secuela titulada Aquellas Mujercitas, nos encontramos con una historia que goza de varios arcos de desarrollo y climax en su desarrollo lineal. Gerwig apuesta por romper la linealidad temporal y entremezclar las tramas, aprovechando precisamente que todo el mundo conoce toda la mitología que encierra la historia. Y, aunque a simple vista, pueda parecer que es una adaptación excluyente para los que no conozcan la historia, con su montaje rápidamente te ubicas fácilmente en la historia. El cambio constante de una novela a otra, con el salto temporal que conlleva, funciona como un juego de espejos, mostrando los hechos del pasado y posteriormente sus consecuencias o al revés, mostrándote algo en pantalla y luego el camino a este ese mismo momento o superponiendo tramas análogas de ambas novelas, como el acertado momento de las escaleras que es una de las catarsis de la historia.
En la evolución del relato nos encontramos varios momentos de autoconciencia, en la que Gerwig aprovecha para hablar a la gente del presente con una historia del pasado, especialmente a través del personaje interpretado por Saoirse Ronan, que al igual que en Lady Bird, consigue personificar la voz de la directora en la pantalla.
Benjamin Prado en el comienzo de su maravillosa 19 días y 500 días...después dice que "Todo lo que se vuelve a contar ya es otra historia" y eso es lo que logra esta nueva versión de Mujercitas, contar lo ya conocido pero aportando su propia impronta y ser algo más que una adaptación al uso sin personalidad ni recorrido propio.
