Mientras dure la guerra: Venceréis, pero no convenceréis.
Mientras dure la guerra es la séptima película del realizador Alejandro Amenábar que aterrizaba en nuestras salas 4 años después de la decepción generalizada que supuso su anterior proyecto Regresión. Para este nuevo film se adentra en uno de los periodos más convulsos de nuestra historia: La Guerra Civil.
Mientras dure la guerra se sitúa en un periodo temporal muy concreto, desde la mañana del 19 de julio de 1936 donde queda declarado, cito literalmente, el estado de Guerra en Salamanca y, con ayuda de Dios, en toda a España hasta el 12 de octubre de ese mismo año, fecha en la que se celebra el día de la raza y Miguel de Unamuno realizó su celebre discurso en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca.
Todo el film está preparado para desembocar en el climax del día 12 de octubre jugando a ser una película de personajes centrada principalmente en la figura de Miguel de Unamuno, interpretado por un inmenso Karra Elejaldre, pero poniendo el prisma también en José Millán-Astray, al que da vida Eduard Fernández, y Francisco Franco interpretado por Santi Prego. La apuesta por esta múltiple visión funciona para intentar analizar desde diferentes puntos de vista todos los hechos que acaecieron en los primeros meses después del alzamiento militar de 1936 y medir el clima existente en aquella sociedad.
Eso si, indudablemente, el principal motor de la historia es el personaje de Unamuno y como cada uno de los bandos quería apropiarse de la figura del escritor para que fuera bandera de su causa. Como dice el poeta Benjamin Prado "Si hablamos de política, en España, eso es el arte de hacer de la otra orilla lo contrario del río" y aquí lo observamos en la figura del escritor, avalado o vilipendiado por cada una de las partes según les convenga, aunque como el propio Unamuno señala en la película, el no se ha movido.
Al final todos los caminos que abre el film nos llevan al paraninfo de la Universidad de Salamanca y la celebre frase "Venceréis pero no convenceréis" que pronuncia ante los altos estamentos del incipiente régimen, siendo el cierre perfecto del viaje para el personaje de Unamuno. Mientras dure la guerra esta planteada de una forma tan aséptica que, ha recibido crítica desde ambos lados por ser demasiado benevolente con el contrario, sufriendo incluso, lamentablemente, un boicot obra de la extrema derecha en una de sus proyecciones en Valencia. Acertadamente, la película finaliza en el año 1936, eso sí, con un sencillo epilogo que nos señala que la pesadilla duró hasta 1977. Esto gestos sencillos, como el nombrado o el póster que es una bandera desgastada por el sol, son sin duda, uno de los grandes aciertos del film.
Como epilogo rabiosamente actual, la apropiación de Unamuno llega hasta nuestros días y, el pasado julio, Santiago Abascal utilizó "Ni venceréis ni convenceréis" en el pleno de investidura, curiosamente, lo utiliza el líder de un partido que no ha condenado al franquismo contra el que se dirige esa frase.
