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Cartelera febrero 2024

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La estación fantasma de Madrid vuelve a ritmo de Carrà

Entre los últimos estrenos del cine español se encuentra el musical Explota Explota dirigido por Nacho Álvarez. La película cuenta la historia de María, interpretada por Ingrid García Jonsson, quién después de haber huido de su boda en Roma regresa a España para empezar una nueva vida. Desorientada en el aeropuerto, María conoce a Amparo, interpretada por Verónica Echegui, quien hace valer el salero andaluz, la acoge en su casa y la ayuda a encontrar trabajo en la capital madrileña.

Entre Explota que explota y Hay que venir al sur el rodaje de la película se grabó en la famosa "Estación fantasma" de Chamberí, una antigua estación de metro musealizada en la actualidad por la que ya no para el metro pero sí las cámaras.

A pesar de que ya no se usa como estación de metro, la antigua estación bajo la plaza de Chamberí es una de las más bonitas y antiguas de la capital. Perteneciente a la línea una, entre las estaciones de Iglesia y Bilbao, esta estación se abandonó por una cuestión técnica. Con la renovación del metro que se hizo en los años 60 la estación curva de Chamberí quedó muy cerca de las es estaciones de Iglesía y Bibao que unido a la gran velocidad que cogían los metros y su nueva longitud, era casi imposible que el conductor pudiera arrancar, acelerar y frenar el metro en un trayecto tan pequeño. Por ese motivo se abandonó la estación de tren.

Sin embargo, el nombre de "estación fantasma" le viene de su uso años más tarde. Una vez en desuso, la estación se convirtió en refugio para personas sin techo y toxicómanos, quienes se metían por las noches desde las estaciones habilitadas y caminaban por las vías hasta Chamberí. Los pasajeros del metro, con la velocidad y la distorsión del sonido, cuando pasaban por la estación abandonada veían pequeños focos de luz (normalmente mecheros o cigarros), siluetas encogidas y escuchaban voces, y así se inició el rumor de que en esa estación había fantasmas y seres maléficos.

Volviendo a la cinta musical, ambientada en el año 1973, de manera muy sabia decidieron grabar en una verdadera estación de metro en vez de crear los decorados desde cero. En las escenas en las que las protagonistas están en el metro hay varios aspectos en los que fijarnos.

La primera es la pared de azulejos blancos. La estación de metro está completamente alicatada de suelo a techo, con un alicatado blanco prioritariamente listo que permitía iluminar todo el espacio bajo el subsuelo con pocos puntos de luz y además, facilitaría la limpieza y el mantenimiento del lugar. Mientras Amparo busca a Lucas es un buen momento para fijarnos en los entramados de los azulejos, que cambian en el encuentro de los planos horizontales y verticales para darle énfasis al juego geométrico.


La segunda es la publicidad en papel y azulejo. En las escenas de la película hay dos tipos de vallas publicitarias, las que están hechas a base de papel y las que están hechas con azulejos vidriados. Los carteles publicitarios en papel son más modernos que los de azulejo, sin embargo están peor conservadas por el deterioro lógico del material que lo compone, hecho que hace que no entren dentro del primer plano de la película, pero sí en el segundo. Cuando María se duerme en el regazo de Amparo, se pueden observar dos de los mejores carteles publicitarios de azulejo vidriado que tiene la estación: El del "Aguas de Carabañas" y el de "Gal", este último en el emplazamiento más caro de todos ya que al estar en la cabecera y trasera de la boca de la estación, los pasajeros que estaban esperando el metro no pararía de mirarlos. 

Y por último, la tercera son los tornos y las cabinas de los revisores cuando se entra y se sale de la estación. Como anécdota podemos contar que estos puestos de trabajo estaban reservados para mujeres solteras por dos motivos, era una manera de ganar un dinero mientras pasaban del seno paternal al seno matrimonial, y porque era mucho más agradable  para los hombres que te atendiera una mujer joven en sus trayectos diarios. Hoy en día tenemos claro que es una actitud machista y arcaica, pero con ojos de esa época, era uno de los escasos puestos de trabajo a los que podían acceder las mujeres sin perder "la virtud", el cual tenían que abandonar cuando se casaban y al que la mujer podría volver si se quedaba viuda. Cuando una mujer de entrada edad presidía el torno significaba dos cosas, o era una solterona o era viuda.

Explota Explota es una película que nos traslada a un Madrid de otra época y si quiere sumergirte aún más en los escenarios de la película os recomiendo que visitéis la estación fantasma de metro.


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