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Cartelera febrero 2024

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Los escenarios reales de El fotógrafo de Mathaussen

 Desde No quedan cines de Verano vamos a analizar la escenografía de la película El fotógrafo de Mathaussen, dirigida por Mar Targarona y protagonizada por Mario Casas.

El film relata la verídica historia de Francesc Boix, un preso político catalán que acabó en el campo de concentración de Mathaussen (Austria) y que tuvo la valentía de liderar un grupo clandestino de presos, en su mayoría españoles, que escondían los negativos de las fotografías más atroces jamás vistas durante la Segunda Guerra Mundial. Durante los Juicios de Nuremberg, esas fotografías fueron las pruebas para acusar y condenar a grandes figuras del nazismo. 

    << En Mathaussen todo está hecho para impresionarte... puro teatro. Los "kapos" son actores que se             creen su propio personaje: Dale una porra a preso común y se convertirá en el carcelero>>

Comenzamos por la entrada y primera escena de la película: La puerta de entrada al campo de concentración. Presidida por un gran águila y escoltada por dos torres de vigilancia, la puerta se construyó con grandes bloques de granito, levantados por los propios prisioneros de Mathaussen. A lado y lado de las torres de vigilancia, un muro ciego construido con los mismos bloques de granito y la misma mano de obra. La única diferencia entre la recreación de la película y la realidad es el inmenso águila que coronaba la puerta: Esta estatua, también de granito, estuvo presente hasta el 5 de mayo de 1945. El día que el campo fue liberado, los presos tiraron el símbolo del nazismo con sus propias manos.

Arriba, escenario recreado para la película. Abajo, estado actual de la puerta del campo de concentración de Mathaussen
Arriba, escenario recreado para la película. Abajo, fotografía actual de la puerta al campo de concentración de Mathaussen.

Una anécdota sobre el recinto amurallado, es que a los habitantes del pueblo de Mathaussen les contaron que se trataba de una "cárcel" para maleates y ladrones, un edificio sin "mucha entidad" que no vería afectada la seguridad del pueblo. 

Fotografía de la caída del símbolo nazi tras la liberación del campo. Tomada por Francesc Boix tras robar una cámara Leica en el laboratorio. 

Los presos estaban clasificados por el nivel de importancia o depravación, y en función de esa clasificación recibirían los puestos de trabajo, las raciones de comida e incluso los castigos físicos. Los españoles eran "triángulos azules con una S" prisioneros de alto estatus dentro de lo que cabía. Se podría decir que la peor clasificación posible sería "asocial judío" (asocial era el identificativo para las personas negras).

Como explica Mario Casas - Somos triángulos azules, para los Frietch no tenemos patria.

Clasificación de los prisioneros de Mathaussen. Documento original vs traducción en inglés

Los prisioneros dormían hacinados en barracones de hasta 2000 personas, aunque sólo hubiese 300 camas. Las barracas solían estar divididas en dos salas, que a su vez se dividían en un dormitorio y un salón, este último reservado para los presos-funcionarios. Como podemos imaginar, los colchones consistían en un saco relleno de paja y en un sábana fina, sin mantas para abrigarse. Entre las dos salas, se localizan las letrinas comunes. Tal vez la cinta "peca de generosidad" al darle a cada preso una cama propia.

    Arriba, recreación de la barraca española en la película "El fotógrafo de Mathaussen". Abajo, fotografía de una barraca conservada en el campo de concentración de Mathaussen.

Como ya hemos visto con la clasificación de los presos, había "clases sociales" entre los prisioneros y como siempre, las mujeres no se  libran de estar en el último escalón. Mathaussen fue principalmente un campo de concentración masculino, con burdel dentro de los "servicios" tanto para soldados como para los presos. Una rara recompensa para estos últimos, pero no inalcanzable. 

Las mujeres que "ofrecían" sus servicios eran presas de otros campos de concentración, trasladadas allí con la esperanza de que terminase su condena en 6 meses. Como podemos imaginar, ese indulto no llegaba nunca y ellas se quedaban atrapadas como esclavas sexuales. Muy bien recreado, el barracón dedicado a prostíbulo tenía un aseo común para evitar la trasmisión de enfermedades e infecciones. Estos aseos consistían en dos grandes surtidores de granito, que servían tanto para beber como para asearse. 

                Arriba, aseo del campo de concentración de Mathaussen. Abajo, escena de la película             "El fotógrafo de Mathaussen"

La última escena de la actriz Macarena Gómez está calcada de una de las fotografías que tomó Francesc Boix el día de la liberación del campo: Dos prostitutas sentadas en el campo, respirando tranquilas por primera vez en años.

Fotografía tomada por Francesc Boix.

Con un poco de ojo y conociendo previo de las fotografías que salvó y tomó Francesc Boix, se pueden ver escenas que hacen honor a dichas fotos: la formación de presos desnudos delante de los garajes de las SS, el preso muero en la alambrada electrificada, la escalera de la muerte en la cantera, etc. 

Como bien relata la película, existía una cárcel dentro de la cárcel. El llamado búnker contaba con 33 celdas donde los prisioneros permanecían casi a oscuras y sin comida ni agua. Las medidas de castigo las imponía el Comandante del campo, la mayoría acababan abatidos a tiros en el patio trasero o en la cámara de gas. 

        Arriba, las celdas del búnker en el campo de concentración de Mathaussen. Abajo, escena de Mario Casas interpretando a Francesc Boix

Y para finalizar, una última aclaración. Todas las escenas y decorados tuvieron que ser recreados desde cero porque el campo de concentración de Mathaussen es un "memorial" neutral y no acepta grabaciones cinematográficas.



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