Los ERTEs como solución a la crisis del cine
Acabamos de conocer que Soul, el nuevo proyecto de Pixar, no va a pasar por las salas de cine y va a ser lanzada directamente para el mercado doméstico a través de la plataforma Disney +, caso similar al de Mulán, película que originariamente se iba a estrenar en marzo y al final, tras incontables retrasos, fue lanzada en exclusiva en plataformas digitales.
Y las cancelaciones no se circunscriben en exclusiva a las majors de Hollywood, también películas españolas como Operación Camarón, Malnazidos o Way Down que iban a tener (presumiblemente) un importante peso en la taquilla y han visto su estreno postergado hasta 2021. Solo Atresmedia, con El verano que vivimos y Mamá o Papá, ha decidido seguir aportando por los cines y no abandonarlos a su suerte.
La situación actualmente es desoladora y según fuentes del sector, el 96% de las salas de exhibición se encuentran en riesgo de quiebra en este momento, hay cines que desde el cierre de marzo de 2020 no han vuelto a abrir, hay cines que han abierto y han tenido que volver a cerrar la persiana (no sabemos si para siempre) y el resto más o menos subsisten como pueden. Para hacernos una idea de la magnitud de las cifras, durante la crisis de 2008 y hasta 2015, cerraron el 16,50%, siendo ya un auténtico desastre para el sector.
Y viendo este panorama, con cada vez más restricciones en algunas zonas de España debido a la segunda ola de Covid-19, la ausencia de estrenos destacables en los próximos dos meses y medio (o al menos estrenos que puedan sanear las cuentas) y, en menor medida, los aforos limitados a la salas, ¿Es posible que la solución sea cerrar de nuevo a esperar que pase el temporal?
Se acaba de aprobar el Real Decreto-Ley 30/2020, de 29 de septiembre de medidas sociales para la defensa del empleo, en el que se incluye a la exhibición cinematográfica como una de las 42 actividades que pueden beneficiarse de la prorroga de los ERTE por motivo de fuerza mayor o de rebrote por encontrarse su actividad especialmente afecta por la crisis del Covid- 19. Siendo por lo tanto, una posible vía de escape volver a cerrar y esperar a abrir en un momento mejor.
Con la aplicación de los ERTE, las empresas logran una exoneraciones en las cotizaciones a la Seguridad Social de los trabajadores cuyos contratos de trabajo se encuentren suspendidos. La nueva normativa permite que en el caso de la exhibición cinematográfica se mantengan estas exoneraciones en las cuotas de la Seguridad Social en el caso de aquellas empresas que levantaran el ERTE por fuerza mayor con la reapertura de cines e inicien nuevamente un ERTE en estos momentos por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción. El importe de la exoneración es del 85% en caso de las empresas de menos de 50 trabajadores y del 75% en el caso de las empresas de más de 50 trabajadores. El plazo para la solicitud de esta ayuda termina el día 19 de octubre.
Por lo tanto, nos encontramos por un lado la opción de que la salas de exhibición que hayan mantenido el ERTE desde la declaración del Estado de Alarma puedan prorrogarlo durante 3 meses más y, por otro lado, que los exhibidores que lo levantaron en junio puedan acogerse a otro ERTE con las mismas condiciones beneficiosas.
A falta de ayudas especificas al sector, las cuales deberían ser tomadas con urgencia por el Ministerio de Cultura como ha ocurrido en otros mercados cercanos al nuestro como Francia, los ERTEs pueden ser en este instante la única tabla de salvación que encuentran los cines, cerrar nuevamente ante el abandono generalizado de las grandes marcas e intentar capear el temporal y esperar que las aguas vuelvan a su cauce.
Evidentemente, hablamos de datos globales y será cada cine el que analizará su cuenta de resultados y valorara si puede seguir o no en esta situación extraña que nos encontramos, hay que señalar que, ante el abandono de las majors, las distribuidoras independientes están copando el mercado con productos muy interesantes pero que no terminan de conectar con el gran público y llenar las salas.
Las grandes empresas han decido esperar hasta el año 2021 para lanzar sus principales películas, con la ilusión de que la situación se normaliza las cifras de taquilla van a ser similares a las de 2019, la duda es que si se produce masivo de salas se van a conseguir esos datos con menos cines abiertos, la codicia de estas empresas precisamente puede arruinar la base de su recaudación. A la espera de que esta situación se normalice, paradójicamente, que los cines cines puede ser la única manera de que en el futuro puedan seguir adelante.